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Trinidad Cuartara Casinello
Trinidad Cuartara Cassinello (Almería, 1847 - 1912) fue un arquitecto y urbanista español, artífice de las grandes remodelaciones realizadas en su ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX, y creador de la mayoría de sus edificios contemporáneos más emblemáticos.
De familia adinerada, cursó estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid y regresó a su ciudad natal consiguiendo obtener el nombramiento de Arquitecto Municipal. Polifacético en su proyección profesional, abordó reformas urbanísticas de trascendental importancia. Éstas no se limitaban solamente a crear nuevos espacios acordes con las necesidades de su tiempo, sino que entre sus objetivos también se contemplaba la búsqueda de la identidad de una villa conventual con la que ya no se identificaban sus habitantes.
Junto a otro arquitecto también de origen almeriense, Enrique López Rull, asumió distintos trabajos para modernizar la legendaria Almeriya y liberarla del encorsetamiento medieval al que la sometían sus murallas de origen árabe. Siendo cierto que para conseguirlo tuvo que destruirse parte considerable del patrimonio arqueológico, no lo es menos que se preocupó por rescatar parte de aquellos testimonios históricos que encontraba en los lugares donde levantaba sus edificios. Seguidor de las corrientes haussmanianas, vivió en una época en la que el florecimiento económico de la provincia propició una obra prolifera.
Participó en el debate abierto entre arquitectos e ingenieros del siglo XIX sobre la utilización del hierro en edificios y estructuras industriales. Utilizó distintos estilos de tendencias arquitectónicas enmarcadas en el historicismo, buscando la sincronía entre el neoclasicismo y el gusto por lo medieval. Hará uso de formas modernistas y neogóticas con la intención de dotar de elegancia y refinamiento los espacios urbanos reconquistados a una ciudad decimonónica.
Investiga y experimenta con una amplia variedad de recursos técnicos y estéticos. Construye dándole protagonismo al hierro en el Mercado de Almería, a la mampostería de sillería regular en el Teatro Apolo y el Edificio Banesto, a la sillería y ladrillo visto en el Edificio de la Diputación Provincial de Almería, antigua casa-palacio del alcalde Juan Lirola.
Cuartara tratará de aplicar en Almería las modas arquitectónicas que triunfaban en Europa, principalmente las que implantó en París Georges-Eugène, Barón Haussmann. El arquitecto andaluz fue acusado, como lo fuera Haussmann, de ser el responsable de la destrucción de la antigua capital. El incremento de la población exigía unas concepciones urbanísticas en las que las condiciones de comunicación y de salubridad se incluyeran como elementos fundamentales en la realización de los nuevos proyectos. Sin embargo, y a pesar de las notables mejoras que se llevaron a cabo en este sentido, Cuartara fue señalado como el responsable de la desconexión entre las clases sociales que hasta entonces habían compartido el mismo espacio físico en la ciudad. Las élites adineradas veían con buenos ojos este desplazamiento de los barrios populares hacia zonas de la periferia, apropiándose las familias de gran poder adquisitivo del centro histórico tradicional.
Se pretendió diferenciar espacios en función a su posterior utilización, separando zonas comerciales de las de ocio o vivienda. En el caso de las viviendas, las burguesas se concentraron en torno al Paseo y la Puerta de Purchena y las populares en los suburbios de la ciudad. En aras del funcionalismo moderno se desterró a la mayor parte de la ciudadanía almeriense a barrios periféricos para que los grupos de élite ocuparan el sitio del que ellos habían sido desalojados.
Desde sus primeros años como arquitecto municipal, Cuartara tuvo en mente llevar a cabo el ensanche de la ciudad. En 1888 presentó a la Corporación Municipal el primero, orientado en sentido transversal a la Rambla ( E-O) y mirando en paralelo a las vías del ferrocarril. En 1900 se aprueba otro proyecto modificado que respondía a las exigencias de la Comisión Regia y que quedó subordinado al encauzamiento de la Rambla. La influencia del Plan Cerdá de Barcelona era evidente.
Intervino en la remodelación de barrios antiguos y proyectó otros de nueva planta como las del huerto de Jaruga, el de mayor envergadura en la capital durante el siglo XIX. Allí situaría la plaza de toros, de la que también es autor. Algo parecido sucederá en el sector de Almedina, donde el lugar conocido como el Reducto había sido un vertedero al pie de la alcazaba desde la Edad Media. Cuando este barrio empezó a ser ocupado por casas puerta-ventana (1840) el municipio encargó su organización al arquitecto Joaquín Cabrera. Posteriormente Cuartara incorporará catorce manzanas conformadas en módulos rectangulares recorridos por diez calles que habrían de contener un total de 243 viviendas. Estaban pensadas para albergar a los trabajadores y sus familias. Se distribuían en torno a una amplia plaza (actual plaza e Pavía) y su modelo se repetirá en otros grupos de viviendas sociales como las encargadas por la empresa La Unión Almeriense.
Obras
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
Milagros Soler Cervantes: Biografía de Trinidad_Cuartara_Cassinello |