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Sala de vidrio en la exposición Die Wohnung
La Sala de vidrio fue construida para la exposición "Die Wohnung" (“el apartamento”) realizada en Stuttgart en 1927. Proyectada por Mies van der Rohe y Lilly Reich para ser expuesta dentro de las edificaciones auxiliares de la exposición, estaba situada en el extremo de una de ellas y se trataba de una habitación de apenas 190 metros cuadrados y aproximadamente 2,80 metros de altura.
La exposición “Die Wohnung”, organizada por la Deutscher Werkbund fue dirigida por Mies; comprendió una muestra real de la nueva vivienda en la colina de Killesberg, al norte de la ciudad, la Weissenhofsiedlung, así como una exposición industrial y de elementos manufacturados relacionados con la vivienda, en el centro histórico de la ciudad, el recinto del Gewerbehalle, con pabellones subsidiarios en el Stadtgartenumgang.
El proyecto afronta la exhibición del material en su estado más elemental y natural, convirtiéndolo en el elemento protagonista. El material constituye la arquitectura espacial del espacio doméstico, de una manera absolutamente inédita y fresca. Dentro de su propia lógica, se sectoriza el espacio con paños enteros de vidrio, con una intención más o menos virtual de expansión de los límites hacia afuera, más allá del plano demarcado del pavimento o del propio recinto. En su proyección vertical, la Sala de Vidrio queda inevitablemente encajada en el edificio auxiliar de la Gewerbehalle, aportando unas dimensiones equivalentes a un espacio doméstico o un apartamento.
Mies recrea un apartamento que organiza a través de espacios domésticos que se suceden de manera natural, en una dirección diagonal, aunque provocando continuamente el giro del visitante por la organización ortogonal de los paños. Las estancias son sectorizadas mediante planos autoportantes, acristalados, de diferentes colores, que ocupan la totalidad de la altura de 2,80 metros que Mies establece, y que delimita mediante un techo realizado a partir de bandas de material textil cosidas entre sí y tensadas. Este techo virtual actúa como un difusor de la fuente de luz artificial, de la que penetra desde la sala contigua y, posiblemente, del exterior.
La carpintería de acero cromado conformada de perfiles rectangulares enmarca los diferentes vidrios, cuyos colores y acabados definen y cualifican cada espacio. De este modo, se organizan diferentemente los ambientes por el grado de opacidad y transparencia del vidrio adyacente, dependiendo del área de cristal o modulación de la carpintería y aportando el matiz del pigmento; para dotar de intimidad el espacio de la hipotética sala de estudio y la biblioteca, mediante vidrio espejado gris “ratón” casi opaco, y los paneles de madera de palisandro; o para aportar luz a las estancias sociales del salón o del comedor, mediante el vidrio blanco esmerilado; en otro grado, el vidrio transparente actúa como ventana virtual hacia el exterior del recinto, hacia las vistas del jardín de invierno –remedo de un paisaje- y hacia a la escultura de Wilhem Lehmbruck, “Torso de mujer, girando”, en un acercamiento al Arte y a la Naturaleza. Con esta estrategia de hacer incidir la luz en los planos de vidrio y las carpinterías cromadas, en la Spiegelglasraum se produce un efecto de brillos, transparencias y reflejos; el giro provoca igualmente un continuo cambio en el punto de vista que, sumado al efecto de continuidad del material, crearía cierta desorientación, como un laberinto.
Planos
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Referencias
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Sandra Hernández Yborra: Espacio expositivo y color en dos pabellones de Mies van der Rohe |