Inscríbete y crea tu propia colección de obras y artículos
PFC: Museo de arte contemporáneo en Vitoria (Miguel Ángel Valdés)
- Autor: Miguel Ángel Valdés González
- Año: 1999
Texto
En el museo está el arte.
Es el estuche que lo guarda.
Es la vivienda de los artistas.
Estas reflexiones sirven de punto de partida para establecer los diferentes criterios que han conformado este Museo de Arte Contemporáneo en Vitoria. De esta forma, se busca la idea de museo más que un museo. Se pretende un edificio que sea monumento y referencia de él mismo. De ésta manera se convierte en museo el entorno mismo.
Se desprende, por tanto, de estas premisas que lo importante de todo museo es el arte y su valor intrínseco. El arte es una liberación de las limitaciones del ser humano. Es un ver más allá. Gracias a él se consigue elevar el espíritu del hombre hacia un nivel superior no condicionado por las realidades tangibles.
Por ello se busca en este museo ponderar la relación bidireccional entre el hombre y el arte. El entorno en el que se implanta el proyecto pasa a ser parte del mismo, haciendo suya la vida, las relaciones y los diferentes sentimientos vinculados al concepto de arte. De este modo se llega a un proyecto con una clara vocación de institución, que pretende reflejar la comunión de ideas de un pueblo pasando a ser calle, escuela y plaza.
Calle porque en él se establece el lugar de encuentro.
Escuela porque en él se formaliza el deseo de aprender.
Plaza porque en él se desarrolla el foro de actividades humanas.
Estas tres constantes simbolizan el modo de vivir al que pretende dar respuesta el museo. De esta forma, fundamentan el desarrollo de los diferentes espacios que se vinculan en el proyecto, expresando su capacidad de adaptación a las transformaciones o deseos de renovación.
Esto conlleva una formalización quebrada y secuencial que pretende dar respuestas. Se busca la síntesis de diferentes influencias.
Por un lado, el concepto de calle se expresa mediante un lenguaje libre y fragmentado que pretende responder a diferentes y múltiples variables que condicionan el proyecto.
Por otro lado, el concepto de escuela se traduce en una elevación de las salas de exposición que sirve de referencia y llamada para el visitante del museo.
Y por último, el concepto de plaza se desarrolla bajo la calle presentando un espacio con una lectura de losa perforada que sólo exteriormente permite vislumbrar las diferentes actividades y respuestas espaciales que enlazan el proyecto conformando un todo.
Las realidades expuestas responden a elementos que se amoldan y se definen en su movimiento por y para la luz. Se busca que la luz sea la verdadera estructura en la que se fundamenta el edificio. Por ello, aparecen tubos de luz, pliegues que permiten la reflexión y difracción de la luz, muros que se iluminan y sirven de reclamo de tal modo que el museo trabaja y expresa sus inquietudes buscando la luz como medio de vida. Se convierte en un organismo vivo.