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Francisco Javier Sáenz de Oiza
Francisco Javier Sáenz de Oiza (Cáseda, Navarra, 12 de octubre de 1918 - Madrid, 18 de julio de 2000) fue una de las figuras más destacadas de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX.
Entre 1934 y 1936 realizó los dos cursos de Ciencias Exactas obligatorios para entrar en la Escuela de Arquitectura. Se licencia en la Escuela de Arquitectura de Madrid, en 1946, recibiendo el "Premio Aníbal Alvárez" al mejor expediente académico y ese mismo año gana el premio nacional de Arquitectura. En 1947 viaja a los Estados Unidos con la beca “Conde de Cartagena” donde amplía sus estudios becado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Recibe una gran influencia del panorama arquitectónico norteamericano y el empleo de las nuevas tecnologías que permiten construir de una forma más rápida y más funcional.
Durante los primeros años de profesión, hasta 1958 la mayor parte de los trabajos los realiza en colaboración con otros compañeros, de manera que a unos primeros proyectos junto con Luís Laorga le siguen una densa producción sobre vivienda social, realizada junto a José Luís Romaní y Manuel Sierra principalmente y que ocupa la mayor parte de su dedicación profesional durante la década de los cincuenta. Además de estos encargos elabora una serie de propuestas para promotores particulares y concursos de ámbito nacional, algunas de manera individual, aunque la mayor parte de ellos los realiza en colaboración.
En los proyectos que realiza Oiza a partir de finales de los 50, se observa un alejamiento de las bases racionalistas en favor de nuevas formas de expresión, como la corriente orgánica influencia del norte de Europa, que pretenden actualizar los postulados modernos con un tratamiento más natural y menos esquemático. El proceso de gestación de la Iglesia Parroquial Santa María del Pozo en Entrevías resume este tránsito hacia nuevas formas. En él se van sucediendo propuestas ordenados con tramas ortogonales, pero finalmente es un planteamiento de marcado carácter orgánico el que se construye. De esta forma los modelos modernos de referencias son sometidos a una particular revisión en la que a los principios funcionalistas se le suman criterios de ambientación, en los que el lugar junto con una intención de domesticar los espacios exteriores, determina la disposición de los elementos. Los proyectos para el Grupo Huarte son los que con más intensidad recogen este interés por las nuevas formas de expresión, y cuya materialización, como en el caso de las Torres Blancas, constituye un verdadero laboratorio de experiencias, tanto en el campo formal como en el constructivo. A estos encargos se les suma a finales de la década propuestas para concursos públicos, los cuales, por la naturaleza innovadora del encargo, le van a permitir una mayor libertad en sus planteamientos formales.
En la década de 1970, el entusiasmo por la expresividad de la arquitectura orgánica demostrado por Sáenz de Oiza parece haberse diluido, volviendo a desarrollar propuestas de base racionalista aunque atemperadas con matices orgánicos que suavizan la forma resultante. Su producción arquitectónica se centra en los encargos conseguidos por concurso publico, presentando propuestas para numerosos edificios públicos principalmente para oficinas, destacando de entre ellos la propuesta para el Banco Bilbao. Junto a estos proyectos continúa investigando en el campo doméstico con propuestas tanto para viviendas colectivas como el caso particular de viviendas unifamiliares, tipología esta que le permite seguir profundizando en la caracterización de los espacios en base a su privacidad.
Durante la década de los ochenta las tendencias posmodernas están presentes en la producción de Sáenz de Oiza, que ve en ellas una forma de expresión acorde con el momento sociocultural que se vive, en el que cubiertas las necesidades, no existen referentes claros y la imagen adquiere la importancia que años atrás ostentaba la función. Sus proyectos evolucionan desde una exhuberancia cromática a la afirmación del objeto arquitectónico como entidad independiente y en todos ellos están presentes las referencias a la arquitectura histórica con preferencia de los clásicos. Esta nueva forma de expresión se atempera al final de la década, para a partir de entonces y durante los restantes años noventa, volver a utilizar en sus proyectos esquemas más racionalistas que ordenan desde la planta el desarrollo de las propuestas. Sin embargo no se trata de una vuelta al lenguaje racionalista, sino un nuevo paso en su investigación formal, en la que las referencias clásicas como base para el desarrollo del proyecto se sustituyen por una más exhaustiva lectura del lugar, como contexto físico pero también como parte de la memoria histórica. Con estos planteamientos encuentra en el decostructivismo un lenguaje adecuado a sus nuevos intereses y con el que ya había ensayado fugazmente en décadas anteriores como ene el comentado concurso de Montecarlo de 1970. Estos últimos años son de una gran variedad estilística, sin un lenguaje predominante en su producción arquitectónica, como en las décadas anteriores, de forma que junto a propuestas para viviendas inspiradas en esquemas racionalistas de principio de siglo, presenta soluciones deconstructivas en concursos públicos o plantea formalizaciones con su más radical estilo posmoderno.
Docencia
A su regreso a España desde estados Unidos en 1949, comienza a trabajar como profesor del Departamento de Instalaciones en de la Escuela de Arquitectura de Madrid hasta 1952 en que se convierte en profesor de Proyectos Arquitectónicos. En 1968 logra la Cátedra de Proyectos y de 1981 a 1983 es director de la Escuela. Tras su jubilación a los 67 años continuó como profesor emérito de la misma.
Su actividad docente la ha simultaneado con la del trabajo de estudio, donde ha realizado desde edificios de viviendas sociales hasta rascacielos. Así, colaboró con el equipo Romany en la construcción de viviendas sociales, entre 1954 y 1962, en distintas zonas de Madrid (poblados de Fuencarral, Calero, Batán, Entrevías, etc...) y realizó también el santuario de Aránzazu (Guipúzcoa), el edificio Torres Blancas, de Madrid -premio a la Excelencia Europea de 1974-, el edificio del Banco de Bilbao en Madrid (en el complejo de AZCA), el Auditorio de Santander y el edificio de viviendas sociales situado junto a la M-30 de Madrid, entre muchos otros.
Maestro de arquitectos desde la universidad y desde su estudio por el que pasaron entre otros Francisco Alonso, Rafael Moneo (1956-1961) y Juan Daniel Fullaondo.
Conferenciante y autor de gran número de artículos en diario y revistas, fue jurado de numerosos concursos y galardones y ha recibido diversas distinciones. Así, en 1954 recibió el premio Nacional de Arquitectura, y en 1989 la medalla de oro a la Arquitectura, concedida por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. En 2000 le fue concedida la medalla de oro de la Universidad Pública de Navarra. Ese mismo año, el 18 de julio, fallece en Madrid.
Obras
Basílica Hispanoamericana Nuestra Señora de la Merced, Madrid (1949-1965), junto con Luis Laorga.
Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu Oñate,Guipúzcoa (1950-1954), junto con Luis Laorga.
Casa Fernando Gómez, Durana, Vitoria (1959)
Torres Blancas, Madrid (1961-1969)
Casa Juan Huarte, Formentor (1969)
Torre del Banco de Bilbao, AZCA, Madrid (1971-1978)
Bloque de viviendas "El Ruedo", Madrid (1986-1989)
Otros proyectos
- Propuesta de Capilla en el Camino de Santiago, 1954
- Poblado de Entrevías, Madrid, 1956
- Poblado de absorción Fuencarral-A, Madrid, 1955
- Los pabellones del IFEMA (Recinto Ferial Juan Carlos I), Madrid, 1987
- Universidad de Granada (1988),
- Alternativa Concurso estadio de Anoeta, San Sebastián, 1989
- Universidad Pública de Navarra, Pamplona, 1989-1993
- Concurso de Ideas del Palacio de Congresos, Marbella, 1990
- Oficinas de la Hermandad de Arquitectos de Madrid (1990).
- Ordenación de la Plaza de San Francisco, Palma de Mallorca, 1991
- Segunda solución para el Palacio de Congresos, Marbella, 1992
- Concurso Palacio de la Música y Congresos, Bilbao, 1992.
- Centro Cultural de Villaviciosa de Odón (Madrid, 1997).
Premios
- 1946 Premio Nacional de Arquitectura, por su propuesta para la plaza del Azoguejo (Segovia), en colaboración con Luis Laorga.
- 1954 Premio Nacional de Arquitectura por el proyecto de capilla en el Camino de Santiago.
- 1974 Premio de la Excelencia Europea por el edificio "Torres Blancas".
- 1989 Premio Antonio Camuñas de Arquitectura
- 1989 Medalla de Oro de la Arquitectura, del Consejo Superior de Arquitectos de España.
- 1991 Premio de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid por el edificio de viviendas en la M-30.
- 1994 Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Después de haber sido finalista en el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en la edición de 1993, consiguió este galardón el 7 de mayo de 1994 por su trabajo magistral en la Escuela de Arquitectura de Madrid desde la que impulsó una generación de arquitectos vocacionales y en reconocimiento a una larga trayectoria como arquitecto sin sujetarse a más códigos que los de su propia creatividad.
- 2000 Medalla de oro de la Universidad Pública de Navarra.
Frases
Oiza definía la arquitectura como:
- Actividad artística impulsada por la potencia del creador capaz de despertar emociones.
- Juego lúdico en lo que tiene de aventurado el enfrentarse al enigma.
- Aventurarse en lo desconocido, a un camino o proceso no recorrido con una actitud ilusionada y fuerte.
- Sin libertad no hay obra de arte.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
http://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/10862/tesisUPV3501.pdf |
Registros de identidad de Francisco Javier Sáenz de Oiza: ISNI: 0000 0000 8091 0266 VIAF: 12221839
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