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Diferencia entre revisiones de «Casa Fisac en el Cerro del Aire»
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La '''casa de Fisac en el Cerro del Aire''' fue pionera del movimiento hacia el extrarradio de la sociedad madrileña durante la década de 1960. Proyectada por [[Miguel Fisac]] en 1956 para su familia sobre una parcela de 7.000 m2 en un terreno hoy, rodeado de carreteras, es un símbolo de la regeneración de la arquitectura moderna, tanto por el lenguaje como por el criterio de adaptación al paisaje, pues se eleva solitaria en una plataforma, modificando la ladera. Construida alrededor de un patio con muros de mampostería de granito y pilares metálicos, sobre los que descansa una fina losa de hormigón, la vivienda creció en función de las necesidades familiares en varias épocas, y siempre con criterios económicos. La casa se organiza desde el centro en tres partes: al este, los dormitorios; al oeste, la zona de servicio; y en el centro, de norte a sur, la cocina, la entrada y las zonas de estar. Los huecos completos de suelo a techo aproximan al interior tanto el paisaje lejano como el jardín, y propician un luminoso interior donde el arquitecto diseñó y experimentó con su propio mobiliario, de rasgos nórdicos, pero de evidente racionalismo y vocación artesanal. | La '''casa de Fisac en el Cerro del Aire''' fue pionera del movimiento hacia el extrarradio de la sociedad madrileña durante la década de 1960. Proyectada por [[Miguel Fisac]] en 1956 para su familia sobre una parcela de 7.000 m2 en un terreno hoy, rodeado de carreteras, es un símbolo de la regeneración de la arquitectura moderna, tanto por el lenguaje como por el criterio de adaptación al paisaje, pues se eleva solitaria en una plataforma, modificando la ladera. Construida alrededor de un patio con muros de mampostería de granito y pilares metálicos, sobre los que descansa una fina losa de hormigón, la vivienda creció en función de las necesidades familiares en varias épocas, y siempre con criterios económicos. La casa se organiza desde el centro en tres partes: al este, los dormitorios; al oeste, la zona de servicio; y en el centro, de norte a sur, la cocina, la entrada y las zonas de estar. Los huecos completos de suelo a techo aproximan al interior tanto el paisaje lejano como el jardín, y propician un luminoso interior donde el arquitecto diseñó y experimentó con su propio mobiliario, de rasgos nórdicos, pero de evidente racionalismo y vocación artesanal. | ||
