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Si por un momento abandonamos la concepción de la política guaraní, y nos centramos en el modo en que los europeos visualizaban la organización de las misiones, veremos como el sistema político imperante mantenía a las reducciones estrictamente subordinadas al [[rey de España|monarca español]], quien ejercía su autoridad en América por medio de las [[Real Audiencia|Reales Audiencias]] de [[Lima]] y [[Buenos Aires]]. Por ello los jesuitas recurrían permanentemente al rey, solicitando autorizaciones o pedidos varios, favores y hasta privilegios. En algunos casos las solicitudes se dirigían a las Audiencias y a los Gobernadores. | Si por un momento abandonamos la concepción de la política guaraní, y nos centramos en el modo en que los europeos visualizaban la organización de las misiones, veremos como el sistema político imperante mantenía a las reducciones estrictamente subordinadas al [[rey de España|monarca español]], quien ejercía su autoridad en América por medio de las [[Real Audiencia|Reales Audiencias]] de [[Lima]] y [[Buenos Aires]]. Por ello los jesuitas recurrían permanentemente al rey, solicitando autorizaciones o pedidos varios, favores y hasta privilegios. En algunos casos las solicitudes se dirigían a las Audiencias y a los Gobernadores. | ||
Como gobierno local, en cada reducción funcionaba un | Como gobierno local, en cada reducción funcionaba un Cabildo precedido por el [[corregidor]], que era además la autoridad principal del pueblo, conocido entre los guaraníes como ''parokaitara'', "el que dispone lo que se debe hacer". Era confirmada su elección por el gobernador y generalmente el elegido era uno de los caciques del pueblo y solía ser a perpetuidad. | ||
Otras autoridades eran los alcaldes de primer voto y segundo voto (también llamados ''ivírayucu'', "el primero entre los que llevan vara"). Ellos velaban por las buenas costumbres, castigaban a los holgazanes y vagabundos y vigilaban a los que no cumplían sus deberes. Esta autoridad se ejercía dentro del pueblo, junto con cuatro alcaldes de barrio, fuera de el había entre seis y ocho comisarios para los cuarteles. Una veedora vigilaba a las mujeres, cuatro celadores a los niños y cuatro inspectoras a las niñas. | Otras autoridades eran los alcaldes de primer voto y segundo voto (también llamados ''ivírayucu'', "el primero entre los que llevan vara"). Ellos velaban por las buenas costumbres, castigaban a los holgazanes y vagabundos y vigilaban a los que no cumplían sus deberes. Esta autoridad se ejercía dentro del pueblo, junto con cuatro alcaldes de barrio, fuera de el había entre seis y ocho comisarios para los cuarteles. Una veedora vigilaba a las mujeres, cuatro celadores a los niños y cuatro inspectoras a las niñas. |