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Casa consistorial de Aarhus
La Casa consistorial de Aarhus (Dinamarca), obra de Arne Jacobsen con la colaboración de Eric Møller construida entre 1937 y 1941, está considerada como el primer ejemplo de Arquitectura Funcionalista escandinava.
En el mes de abril de 1937 se convocó el concurso para la realización del nuevo ayuntamiento de la localidad de Aarhus. El resultado se hizo público en agosto del mismo año. Después se les solicitó que hicieran el proyecto más monumental, añadiendo el revestimiento de mármol gris y el campanario y el edificio fue inaugurado en agosto de 1941.
La propuesta ganadora se compone de cuatro volúmenes maclados situados a lo largo de la calle Park Alié. La combinación de estos elementos permite una disposición asimétrica dejando prácticamente intacto el parque y los enormes árboles que existían en la manzana de la intervención.
El cuerpo más simbólico, el que contiene las estancias significativas y la entrada principal, remata el conjunto liberando un espacio previo, sobreelevado, frente a la calle Sonder Alié. Exteriormente el edificio muestra un gran reconocimiento a la obra de Asplund ya desde la fase del concurso: una piel aparece en un primer plano generando una retícula abstracta revocada de un color claro. El hueco era completado por una ventana cuadrada y un panel ligero de color oscuro. Finalmente se utilizó mármol gris de Porsgrunn en lugar del revoco.
Una de las premisas importantes del proyecto era la creación de grandes espacios que relacionasen el interior y la naturaleza exterior, combinado con una jerarquización del espacio tal y como preconizaba el neoclasicismo nórdico. En el interior se elude el cambio de plano. Los ángulos son redondeados, las paredes y los techos ligeramente curvados dan una sensación de ambiente continuo que envuelve al visitante.
La escalera conecta la sala principal y el sótano. Debido a un cambio de nivel, el sótano se convierte en una planta de oficinas más abajo y Jacobsen necesitaba una conexión digna. Mediante la colocación de su forma en negativo en una especie de ornamento geométrico en el suelo, la escalera se convierte en el punto central a ser vista desde los balcones que rodean el atrio, convirtiendo el suelo en una fachada interior.
Los paneles de madera contrastan con la estructura blanca. Además de su buena calidad acústica, su uso advierte una voluntad de síntesis contrapuesta a los recargados interiores que se realizaban por aquel entonces en los edificios públicos. Interiorizar el exterior mediante el uso de la madera, de la piedra, del ladrillo, indica una voluntad de aproximación a la naturaleza, al exterior.
En Aarhus casi todo es de madera: las paredes, el suelo, el mobiliario, etc. El resto: pasamanos, barandillas, picaportes, lámparas, son también de una tonalidad cálida que invita a tocarlos. Lo táctil, el uso de materiales naturales, la delicadeza en los detalles, son lo suficientemente significativos como para ejemplarizar en este edificio la especial asimilación de la arquitectura moderna desde la óptica escandinava.
El edificio es un homenaje al Tribunal de Justicia de Asplund en Gotemburgo terminado ese mismo año y como aquel, el ayuntamiento es un derroche de detalles modernistas, un collage de elementos altamente individuales reunidos bajo un gran lucernario.
Al igual que Asplund, Jacobsen estaba especialmente interesado en conciliar el clasicismo y la arquitectura moderna y se podría argumentar que se convirtió en el tema central de su carrera como arquitecto. El uso de la piedra natural y en particular el mármol gris de Porsgrunn en Noruega, iba a ser otra de sus características recurrentes.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
Arne Jacobsen. Edificios Públicos, Revista 2G Nº 4, Editorial Gustavo Gili S.A. ISSN 1136-9647 |