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Casa cápsula K
Casa cápsula K
Kisho Kurokawa fue el primer metabolista en llevar la idea de las células urbanas a la práctica en la Torre de cápsulas Nakagin; “cápsulas vivas” que podrían ser fabricadas en serie y estar ligadas a una infraestructura más permanente de calles y torres.
La casa cápsula K, construida en 1974 es una aplicación del concepto de cápsula a una vivienda unifamiliar, un refugio de verano construido por Kurokawa para sí mismo.
El acceso al abrupto terreno, en realidad casi un precipicio, se realiza por su parte alta. Una torre de hormigón armado construida en la ladera corresponde a la “infraestructura” y cuenta con un aparcamiento en la parte superior. También contiene las dependencias principales, desarrolladas en dos niveles. Una empinada escalera de un tramo baja desde el aparcamiento al primer nivel, que tiene un salón con chimenea y una galería de circulación ligeramente elevada. Una escalera de caracol prosigue la bajada hasta una acogedora estancia, de techo más bajo, con una gran ventana circular desde la que se disfruta de vistas a las colinas lejanas.
De la torre sobresalen cuatro cápsulas en voladizo, sin ninguna estructura de soporte visible. En realidad, cada una de ellas está sujeta sólo por cuatro pernos de acero de 25 mm y gran resistencia a la tracción. Las cápsulas tienen aproximadamente la forma y las dimensiones de los contenedores para transporte marítimo; de hecho, fueron producidas en una fábrica de contenedores. Tienen una estructura de cerchas metálicas, aislada y revestida de material incombustible (amianto rociado), y acabada con paneles rojizos de acero cortén. Tres de ellas están dotadas de sendas ventanas redondas y protuberantes, que recuerdan a las portezuelas de las máquinas de lavar la ropa.
En la torre Nakagin, las cápsulas eran fundamentalmente habitaciones de hotel con camas, baños y escritorios empotrados. También en este proyecto, dos de las cápsulas son dormitorios con sus respectivos baños, otra es una cocina y la última es la sala tradicional japonesa para la ceremonia del té, con tatamis y techo de bambú. Al igual que los dormitorios, esta sala también cuenta con una ventana circular, pero en este contexto su significado es completamente diferente, ya que el ensoudoko, o ventana circular, protegida por pantallas de papel shoji, es una forma tradicional en la casa de té.
La sala para la ceremonia del té es uno de los abundantes rasgos fuera de época que contiene la casa Cápsula K, como lo son también el revestimiento de tablero de madera de la sala de estar principal, la chimenea de mampostería concertada y el pavimento de baldosas irregular del aparcamiento de la cubierta.
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